25 de abril de 2013

Sin pulso y sin aliento.

Me he quedado sin pulso y sin aliento
separado de ti. Cuando respiro,
el aire se me vuelve en un suspiro
y en polvo el corazón de desaliento.

No es que sienta tu ausencia el sentimiento.
Es que la siente el cuerpo. No te miro.
No te puedo tocar por más que estiro
los brazos como un ciego contra el viento.

Todo estaba detrás de tu figura.
Ausente tú, detrás todo de nada,
borroso yermo en el que desespero.

Ya no tiene paisaje mi amargura.
Prendida de tu ausencia mi mirada,
contra todo me doy, ciego me hiero.

Parecen felices.


…Y sonríen, a veces, cuando hablan.
Y se dicen , incluso,
palabras
de amor. Pero
se aman
de dos en dos
para
odiar de mil
en mil. Y guardan
toneladas de asco
por cada
milímetro de dicha.
Y parecen -nada
más que parecen- felices,
y hablan
con el fin de ocultar esa amargura
inevitable, y cuántas
veces no lo consiguen, como
no puedo yo ocultarla
por más tiempo; esta
desesperante, estéril, larga
ciega desolación por cualquier cosa
que -hacia donde no sé-, lenta, me arrastra.

23 de abril de 2013

Reglas.

I

El hombre que me ame
deberá saber descorrer las cortinas de la piel,
encontrar la profundidad de mis ojos
y conocer lo que anida en mí,
la golondrina transparente de la ternura.

II
El hombre que me ame
no querrá poseerme como una mercancía,
ni exhibirme como un trofeo de caza,
sabrá estar a mi lado
con el mismo amor
conque yo estaré al lado suyo.

IV
El hombre que me ame
no dudará de mi sonrisa
ni temerá la abundancia de mi pelo,
respetará la tristeza, el silencio
y con caricias tocará mi vientre como guitarra
para que brote música y alegría
desde el fondo de mi cuerpo.

V
El hombre que me ame
podrá encontrar en mí
la hamaca donde descansar
el pesado fardo de sus preocupaciones,
la amiga con quien compartir sus íntimos secretos,
el lago donde flotar
sin miedo de que el ancla del compromiso
le impida volar cuando se le ocurra ser pájaro.

IX
El amor de mi hombre
no conocerá el miedo a la entrega,
ni temerá descubrirse ante la magia del enamoramiento
en una plaza llena de multitudes.
Podrá gritar -te quiero-
o hacer rótulos en lo alto de los edificio
proclamando su derecho a sentir
el más hermoso y humano de los sentimientos.

X
El amor de mi hombre
no le huirá a las cocinas,
ni a los pañales del hijo,
será como un viento fresco
llevándose entre nubes de sueño y de pasado,
las debilidades que, por siglos, nos mantuvieron separados
como seres de distinta estatura.

XI
El amor de mi hombre
no querrá rotularme y etiquetarme,
me dará aire, espacio,
alimento para crecer y ser mejor,
como una Revolución
que hace de cada día
el comienzo de una nueva victoria.



Gioconda Belli

6 de abril de 2013

Cuando te encuentre.

La cosa más insignificante puede cambiarte la vida. En un abrir y cerrar de ojos, cuando menos te lo esperas, ocurre algo por casualidad que te embarca en un viaje que no habías planeado, rumbo a un futuro jamás imaginado. Quién sabe a dónde te llevará. Ésa es la aventura de nuestra vida, nuestra búsqueda de la luz. Pero, a veces, para encontrar la luz hay que atravesar las más profundas tinieblas.

1 de abril de 2013

¿Por qué?

Nunca lo sabré. Mis sentimientos hacia él son inconscientes e involuntarios...Si pudiera controlarlos, tener por seguro que pararía. Pero es tan adictivo...Y como todos sabemos, eso siempre acaba mal. Lo peor de todo es que no puedo estar triste, porque si no él me preguntaría y sólo podría contestarle: "Nada".
Ese típico "nada" que esconde más que todo lo que se pueda llegar a decir con palabras. Y si intento estar bien, me estaré condenando a que, poco a poco, se me vaya rompiendo el corazón en añicos, haciéndome daño a mi misma con ilusiones autodestructivas e inútiles.
No sé por qué sigo guardando la esperanza...

"puede ser"

Siempre me pasa por hacerle un hueco a la ilusión y a la esperanza. Por guardar un "puede ser" en el corazón. Siempre la misma historia...
Así que, prometí levantarme cada mañana odiándolo, siendo lo más seca posible, evitando cualquier contacto...más que nada para dejar de sufrir, de navegar a oscuras. De ilusionarme, en definitiva. Pero me mira, con esa mirada suya que te traspasa el ama, y se me rompen todos los esquemas...






Sólo queda esperar...

Y cuando pierdes la esperanza, cuando tu vida se vuelve un caos, cuando no tienes a qué aferrarte. Niebla a tu alrededor, oscuridad. Nada seguro; sin saber dónde pisar. Cuando no te queda nada...no tienes fuerzas para seguir adelante.
Cuando es una fuerza externa la que te arrolla sin previo aviso, no puedes hacer otra cosa que esperar a que pase, sonriendo a los demás como tantísimas veces has hecho, sin que nadie sepa, sin que nadie vea el dolor en tus ojos.
Cosas que no se pueden contar ni explicar. Sólo tú y nada más que tú. Nadie lo entendería. ¡Normal! Si ni yo misma lo entiendo.

Sólo queda esperar...

Cambios.

Los cambios ocurren y pasan como el tiempo: sin darte cuenta.
Porque las cosas malas que te hayan podido ocurrir y que, inconscientemente, guardas bajo llave en tu corazón escondido en un rincón, sin molestarte excesivamente pero viéndolo todos los días, se acaban superando.
Es tal la liberación que sientes...Porque, ¿qué importa el tiempo? ¿qué importa si tardas en superarlo meses, años...? El tiempo lo decides tú. Cada uno tiene su ritmo. Lo único que importa es que a partir de entonces, algo ha cambiado en ti. Porque ya lo dice la misma palabra en su origen: Cambio=Crisis.
Inevitablemente, hay que sufrir, hay que padecer para que, por consiguiente, se cambie, se mejore o, en el peor de los casos, se empeoren las cosas. Pero, eso es lo que tiene de especial cada cambio; que es tuyo y de nadie más. Nadie puede saber al pie de la letra como te sientes, nunca nadie podrá ser tú. Y por eso son tan necesarios...porque te hacen conocerte a ti mismo (o por lo menos un poco más). Porque el conocerse es como un largo camino paralelo a la vida. Cuanto más vives, más te conoces. Cuantas más crisis, más cambios. Pura lógica.
¿Qué más da las decisiones que tomes? Estén bien o mal, te van a servir para avanzar y, seguramente, cuando vuelvas la cabeza atrás, te rías de las rayadas exageradas que tú misma te montabas. Y te darás cuenta de esos momentos clave que han sido el comienzo de una renovación. De otra.
Porque los cambios son necesarios. Y como todos sabéis, soy fan de ellos Y puede ser que muchas veces sean malos pero es que odio estancarme y pudrirme esperando a que ocurra algo que tal vez nunca ocurra, esperando ser feliz...
Dicen que la felicidad hay que buscarla. Y he de seros sinceros: pocas veces la he buscado, casi siempre me ha encontrado ella a mí. Todas las situaciones que he vivido en la vida me han llevado al punto en el que estoy ahora mismo, y no me arrepiento. Es mi culpa el pensarme tantos las cosas, el imaginarme siempre lo peor de todo, en esperar que las personas actúen por su propia voluntad y no pedirles nunca lo que realmente quiero, en ser tan fan del amor y que él, por el contrario, me odie tanto...Pero si no fuera así, no sería yo. Dentro de nada cambiaré de parecer y de estado de ánimo, seguro. Me pasa siempre.
En resumen, estas edades son las mejores para los cambios. Muchas veces he tenido dilemas entre elgir dos cosas, dos personas, dos, dos...siempre.
Mi vida es una carretera llena de bifurcaciones. Las miles raíces que posee un árbol. Las posibles vidas o alternativas de cada elección...
Porque, pensándolo detenidamente, nunca he elegido. Porque mientras no elijas, todo es posible. Podría ser esa mi receta de la felicidad...Elegir cuando se está totalmente seguro de algo y aún con esas, tampoco.
En fin enigmas irresolubles. Uno de tantas que pasan por mi cabeza.