Es curioso como nosotros, las personas,
esperamos que todo nos salga según lo escrito en una servilleta de papel a la
que solemos llamar sueños, ésa que escribimos hace un par de años, en un
arrebato de melancolía. Esperamos aprobar ese examen, esperamos encontrar la
felicidad sin darnos cuenta de que es ella quien tiene que encontrarnos,
esperamos encontrar el amor de nuestra vida al girar la esquina de la calle,
esperamos dejar de tener miedo algún día, esperamos hacer el viaje de nuestra
vida con quince años, esperamos que una canción nos toque en lo más hondo,
esperamos ganar siempre, esperamos que al lanzar la moneda salga cara,
esperamos que nuestro equipo gane la liga, esperamos tener claro lo que
queremos estudiar, esperamos conocer con quien viviremos en un futuro,
esperamos saber cómo decorar nuestra casa cuando llega el momento, esperamos no
derramar ni una lagrima más, nos juramos y perjuramos cada domingo, que el
lunes va a ser el principio de una nueva vida, que vamos a cambiar definitivamente.
Esperamos y esperamos, perdemos más del 95.5% de nuestro tiempo haciendo
conjeturas incorrectas e incluso incoherentes de lo que esperamos que suceda
mañana al levantarnos. Pero la vida no puede resumirse a simples y sencillos
cálculos sin estar fundamentada en ningún tipo de razón prudente. La vida es
mucho más que eso. Hace algún tiempo, una amiga, una muy buena amiga, me dijo
una frase que siempre ha permanecido dentro de mí, aunque a veces no le hiciese
caso y la dejase apalancada en una esquina, escondida, por culpa del
miedo...pero a pesar de ello quizá sea, la mejor frase que he escuchado en mi
vida: "El que no arriesga, no gana" y esto, es una verdad como un templo.
Quizá, una de las razones por las que generalmente, queremos quedarnos sentados
en nuestra cama, esperando, y derramando lagrimas por algo, sea por que nos da
miedo a arriesgar. Porque detrás de cada acción que tienta a la suerte, se
esconde : una batalla ganada o perdida. Debéis creer, que todas esas personas
que se sientan a llorar encima de su cama, no es precisamente por la batalla perdida,
sino que todas esas lágrimas perdidas, son simplemente por el hecho de no haber
intentado arriesgar, no haber intentado tentar a la suerte. Por que cuando
lloras, a sabiendas de que esas lagrimas han valido la pena, porque has
intentado luchar por algo en lo que querías, entonces, esas lagrimas saben de
una forma diferente, no le acompañan todas esas torturas de tu subconsciente en
forma de ¿y si...? No, todo eso no existe.
Por que lo que realmente sirve para vivir, lo
que realmente aparece fundamentada como una ley de vida no son todas las
batallas perdidas, porque cuanto más dura es la batalla, más dulce la victoria.
Al mundo, le da exactamente igual que tengas
planeado que el color de tu sofá sea de color azul cielo con un cojín negro,
que el chico que te acabas de cruzar al girar la calle sea el tío mas guapo del
mundo, o que tu sueño sea acabar de Jefa de Urgencias de un hospital privado de
Madrid. Porque realmente, nos intentamos conformar, con que nuestros sueños se
van a cumplir. Intentamos construirnos una burbuja en nuestra vida, donde todo
sea perfecto, pretendemos saber que hacer cada momento (como un horario de
trabajo).Y la vida, la vida no puede resumirse a todos esos cálculos y deseos
sin sentido, cuadriculados apuntados en una libreta desde hace muchos años. La
vida es mucho más que eso. La vida es salir a buscar, adaptarte a las puñaladas
que te ofrece, caer y levantarse otra vez, cambiar, para renovarse, para volver
a sentir el control bajo tus pies. Arriesgar, sin ningún miedo. Poner fin a una
etapa, para abrirle la puerta a una nueva. Asumir todas y cada una de las
derrotas, porque en ellas está la clave. Y sobre todo, no podemos saber que
puede pasar mañana, no debemos pretender creer que todo en nuestra vida va a ir
bien, que nadie nos va a hacer daño, que las cosas que nos pasen en ella son
las que vamos a ir tachando cada día en nuestra lista. Por que la vida no es así.
Puedes tener una lista escondida bajo llave, con tres o cuatro cosas tachadas
de cien. Pero la vida te tiene preparado otras muchas, algunas que jamás se te
podrían haber ocurrido escribir en la lista, y vas a conseguir tachar todas
aquellas a las que un día rechazaste por un: "Eso es imposible que me pase
a mí."
Por que la vida es mucho más que sentarse en un
banco de la calle a esperar y sonreír a la gente que pase por delante tuyo
esperando a que te digan "Era yo a quién llevas esperando toda la
vida."Por que las cosas no son así. Se trata de una con penetración
máxima, entre la felicidad , tú y tu vida. Un tira y afloja. Si las cosas no te
van bien en un sitio, se trata de levantarte y largarte sin dar más explicaciones.
Si una relación no sale como esperaba, se trata exactamente de eso, de
esperanza, de cerrar puertas y paciencia. Si alguien te ha traicionado, se
trata de ignorar, de no dejar que nadie pase por encima de ti, de construir tu
propia vida, con las personas que merecen la pena.
Por que la vida no tiene por que los planes de
vida no tienen por qué empezar un Domingo por la noche, se trata de empezar ya,
ahora mismo. En este momento, cuando te has sentado a esperar y a leer esto. Y
poco a poco te das cuenta de que sí, que te da exactamente igual que todo el
mundo empiece a trabar un Lunes, porque tú vida, la tuya, la que quieres vivir,
la persona en la que te quieres convertir, las ilusiones que tienes que
cumplir, todo eso empieza, cuando tú quieras, no cuando creas que es necesario,
no.
¿Sabéis algo? Hay dos clases de personas en el
mundo, los triunfadores y los fracasados, ¿y sabéis cuál es la diferencia?, los
triunfadores pelean, aunque no haya una mínima posibilidad de que ganen.
¡Levántate!, porque ya sabes, quien no arriesga,
jamás gana.