El simple hecho de saber que
tienes a algunas personas que se "preocupan" por ti y te quieren
da...mucha tranquilidad. El mundo tiende al caos y, mi vida es un claro
ejemplo. Pero siempre hay una luz, aunque sea diminuta, al final del camino. Y
aunque me desespero enseguida, siempre hay un haz de esperanza que te ayuda a
seguir, a poder levantarte, día a día y ofrecer esa sonrisa que tanto esfuerzo
ha llevado.
¿Y qué será de mí a partir
de ahora? ¿pasará lo que mi corazón lleva anhelando años? Ojalá lo supiera...
Pero como no lo sé, iré
donde me lleve el viento y, lo que tenga que pasar, pasará.