Tenía
defectos, pero ¿qué importa eso cuando se trata de asuntos del corazón? Amamos
lo que amamos. La razón no entra en juego. En muchos aspectos, el amor
más insensato
es el amor más verdadero. Cualquiera puede amar algo por algún motivo. Eso es tan
fácil como meterse un penique en el bolsillo. Pero amar algo a pesar de algo es
otra cosa. Conocer los defectos y amarlos también.
Eso es inusual, puro y perfecto.
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