18 de marzo de 2011

Say whatever you have to say

Sé que el último día de mi vida sólo me arrepentiré de aquellas cosas que no haya hecho. De todas esas sobre las que dudo durante más de cinco minutos y al final decido no llevarlas a cabo. De todo lo que medito durante días que podría haber hecho para mejorar ese momento que sólo sucede una única vez, y que no hice. De todo lo que prometí y me prometí, y luego no cumplí. De todo lo que me callé cuando por dentro estaba a punto de reventar y deseaba gritar a los cuatro vientos. Y, sobretodo, de todas esas cosas que me hubiese gustado hacer o decir y que no hice o dije por culpa de esa característica timidez que me acompaña en algunas ocasiones.

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