-¿Te sigue importando?
+No, ya lo he olvidado.
-¿Y por qué tus ojos y tu sonrisa me dicen lo contrario?
+¿A qué te refieres?
-A que te brillan los ojos de tristeza y tu sonrisa se ilumina de felicidad al recordarlo.
+Eso no es verdad.
-¿A, no? ¿Y entonces?
+Mis ojos lloran por la pena que me dio tener que dejar de estar a su lado. Y mi sonrisa se ilumina porque recuerda los buenos momentos y se alegra porque él sea feliz.
-Pero le sigues queriendo.
+No.
-Vuelves a mentir y está vez no me vale la escusa de 'me alegro por él pero ya no me importa como antes'. Porque no me la creo. Estás enamorada, y mucho. Le necesitas y lo quieres a tu lado. Pero olvídate, no porque él no te vaya a querer, sino porque tú vas a sufrir y nunca vas a ser feliz.
+No, ya lo he olvidado.
-¿Y por qué tus ojos y tu sonrisa me dicen lo contrario?
+¿A qué te refieres?
-A que te brillan los ojos de tristeza y tu sonrisa se ilumina de felicidad al recordarlo.
+Eso no es verdad.
-¿A, no? ¿Y entonces?
+Mis ojos lloran por la pena que me dio tener que dejar de estar a su lado. Y mi sonrisa se ilumina porque recuerda los buenos momentos y se alegra porque él sea feliz.
-Pero le sigues queriendo.
+No.
-Vuelves a mentir y está vez no me vale la escusa de 'me alegro por él pero ya no me importa como antes'. Porque no me la creo. Estás enamorada, y mucho. Le necesitas y lo quieres a tu lado. Pero olvídate, no porque él no te vaya a querer, sino porque tú vas a sufrir y nunca vas a ser feliz.
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