Porque todas deseamos tener al mejor novio. Ese
del que nos enamoramos con tan sólo mirarlo a los ojos. Con el que nos podemos
tirar horas y horas hablando de cosas sin importancia. Al que estás deseando
ver, con el que enseguida te pones nerviosa porque adviertes otra vez esas
mariposas en el estómago que siguen apareciendo como la primera vez que lo
viste, te miró a los ojos o simplemente, te besó. Y, al terminar la velada y se
va, ya lo estás echando de menos. Que sea el motivo de tu sonrisa, el que te ayude
a ser mejor persona, que sea tu fuente de inspiración. Con el que puedas contar
para todo. Que te sorprenda cada día con una cosa nueva. Que sea el que te
abrace en los días helados de invierno y con el que sudes bailando en una
discoteca en verano.
Que te escriba cosas bonitas, que te susurre al
oído palabras prohibidas, que te prepare vídeos con las miles de fotos que tenéis
juntos, que te sorprenda con una velada romántica en una playa desértica con tu
comida favorita. Que todo su mundo seas tú y que tu mundo sea él.
Un amor por el que se cruzan océanos, un amor
de película, un cuento de hadas...Un amor que marque un antes y un después en
tu vida, tanto, que te cueste una eternidad superarlo. Que la ruptura sea un
motivo por el cual odiar a los hombres y una excusa perfecta para evitar los
enamoramientos por un tiempo.
Lo peor de todo esto es que yo ya odio a los
hombres.
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