24 de noviembre de 2012


Sentí que aquella era la primera vez en la vida que estaba completamente despierto. Todo parecía claro y nítido, como si viera con unos ojos nuevos. Como si no necesitara los ojos para nada y mirase el mundo directamente con la mente.
Era hermosa.
La miré a los ojos y el mundo se amansó y se ralentizó. Sentí como si me hubieran sumergido bajo el agua, y como si me hubieran extraído el aliento. Por un instante brevísimo me quedé aturdido y petrificado, como si me hubiera caído encima un rayo.
Ahora la conocía hasta la médula de los huesos.


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