Sentí
que aquella era la primera vez en la vida que estaba completamente despierto.
Todo parecía
claro y nítido, como si viera con unos ojos nuevos. Como si no necesitara los
ojos para
nada y mirase el mundo directamente con la mente.
Era
hermosa.
La
miré a los ojos y el mundo se amansó y se ralentizó. Sentí como si me hubieran sumergido
bajo el agua, y como si me hubieran extraído el aliento. Por un instante brevísimo
me quedé aturdido y petrificado, como si me hubiera caído encima un rayo.
Ahora
la conocía hasta la médula de los huesos.
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