24 de noviembre de 2012

Es importante en qué dirección llevas la relación con una persona. Hay tres regiones diferenciadas:


La primera es la más accesible. Es en la que no te implicas, no conlleva responsabilidad alguna. No tiene por qué saber cosas de tu pasado. Te puede servir para hablar temas superfluos, sin mucha importancia y con los que, a la hora de la verdad, no contarías para otra cosa que no fuera hablar de cómo te ha ido en el examen, del tiempo o vete tú a saber qué. Personas prescindibles en tu vida. Llamados mundialmente como "conocidos".
Hay gente que le gusta coleccionar personas con este escaso vínculo ya que eso deriva a popularidad, fama, etc. Pero interiormente no te sirven para nada porque con este tipo de personas solamente te puedes llegar a sentir vacío.

En la segunda están esas personas con las que conectas desde el primer momento y aunque muchas veces no nos demos cuenta, en el fondo sabemos que con esa persona vamos a compartir más que palabras. Vamos a crecer interiormente. Nos van a ayudar en los momentos que más necesitamos, nos van a hacer reír hasta llorar. Van a escuchar todo lo que tengas que decirles y van a soportarte en días en los que ni tú misma te aguantas. Personas capaces de cambiarte el ánimo en un segundo. Personas que te marcan de tal punto que acabas adquiriendo atisbos de su personalidad a la tuya. Personas que te hacen cambiar la forma de ver las cosas, que te dan energía...
Y, en los casos en los que sea una persona del sexo opuesto, sea propensa a enamorarse de ti, o al revés. Porque de la amistad al amor hay un paso y al llegar a este punto, es inevitable parar los sentimientos, que son como una hemorragia y, es difícil volver al punto de partida. Y si se consigue volver, acaba dañando mental, física y psicológicamente a ambas partes.

Y por último, la última región; ese punto intermedio entre esas dos partes. El punto exacto en el que, ni das ni recibes mucho. En el que no te llegan a conocer tan bien porque hay fuerzas que lo impiden. Porque tu mente y tu cuerpo te piden que pase algo más antes de proseguir por el camino. Y ése es el momento perfecto para arriesgarte, para empezar una relación sentimental. Pero con diferencia, es la parte más difícil de conseguir y por la que no siempre se pasa.

Os aconsejo que si, al poner esto, pensáis que vivís algo parecido con alguien, no lo desaprovechéis. Porque si no, veréis las oportunidades pasar delante de vuestras narices y, pasaréis de estar en ese punto "muerto" a la segunda región y de ahí, es complicado obtener buenos resultados. Se confundirán sentimientos y al conoceros tanto tenderéis a la monotonía y eso es malo. Porque el factor sorpresa también es importante y, lo es más, el crecer juntos como personas y como pareja.


“El amor no son dos personas mirándose una a la otra, pero sí dos personas mirando juntas hacia la misma dirección”.

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