1 de febrero de 2014

¿Cómo es Aida, ésa que se esconde tras estas palabras?

Primero empezaré por las capas externas.

Soy una persona de estatura media. Ni muy alta ni muy baja. Con curvas, eso sí. Bastantes. Mayormente porque es lo primero que llama la atención y por todo lo que me ha condicionado.
Lo malo de todo esto es que a las curvas les acompañan unos bonitos michelines. Sí. En estos últimos años he engordado un poco más de lo que debería. Estoy sufriendo cambios en mi vida y no hago lo mismo que hacía antes. La vida ha querido que los coja.
Tengo el pelo de color rubio. Natural. Cosa que pueden decir pocas mujeres actualmente. Siempre es una de las cosas que más me ha gustado de mí. Hecho que también me ha diferenciado siempre de las demás.
Dicen que tengo una sonrisa sincera. Desde que me quitaron los brackets, mi sonrisa ha estado presente siempre en mi rostro. Jamás la he lucido tanto.
En cuanto a mi color de ojos, es discutible. Sonará raro pero con los años se me han ido aclarando. He pasado de un marrón claro -miel- a pardo. Es una cosa que me encanta porque no hay nada que admire más como un color de ojos claro. Y joder, ahora tengo verde, ¡VERDE!
Al gustarme tanto los ojos, la mirada para mí es un factor importante. Dicen que tengo una mirada expresiva. No se equivocan. Hay quien sabe leerme a través de ella.


Ahora en cuanto a las capas más internas.


Nunca he sabido definirme. Me cuesta más si tengo que hacerlo de forma general. Si me preguntas, ¿cómo reaccionas ante X situación? Soy capaz de responderte más fácilmente. Lo intentaré igualmente.


Soy una persona empática. Aquella que tiende a dejarse llevar por los sentimientos pero que los evita. Odio los enfados y tiro la toalla bastante rápido. No tengo paciencia -conmigo misma- pero con los demás, la cosa cambia.
Me gusta disfrutar del presente, aunque no por eso dejo de ser nostálgica. Me es inevitable echar la vista atrás de vez en cuando. La nostalgia es el precio que hay que pagar por haber sido felices y yo lo pago siempre que puedo.
Soy tolerante y respeto a todas las personas y sus opiniones. Asumo las consecuencias de los actos; los entiendo. Me pongo en el lugar de los demás. Soy bastante inocente e ingenua. Cercana y amable. Me gusta la compañía. Aprendo muchísimo de ella. Por lo que ayudar a los que más me importa es algo que me gusta hacer. Aunque sea sacarles una simple sonrisa. Eso me hace muy feliz.
En cuanto a mí, bueno. Vago a la deriva, sin saber muy bien adónde voy. Me cuesta entenderme porque si lo hiciera, me hubiera ahorrado muchos problemas. En definitiva, una luchadora en el cuerpo de una cobarde.
En cuanto a lo que ven los demás es todo lo contrario. Suelo ser abierta, pero tengo mi corazón bajo siete llaves. Quizás eso es lo que eche para atrás. Que hay que conocerme bien para entenderme. Y hay personas que no son capaces de correr ese riesgo.
Además de que, según me han dicho, parezco borde y fría. Inaccesible. Cuando para nada soy así.


Qué irónico. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario